¿Qué hay detrás de las fake news?

Pues la respuesta sería la misma a cuando vamos a un buffet:

 

-Un poco de todo, intereses políticos, reputacionales, económicos, sociológicos, etc.

 

Parece ser que ahora, tirarse un farol como en el póker sale a cuenta, ejemplo de ello es un reciente estudio publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) donde se concluye que, en las redes sociales, las noticias falsas tienden a compartirse más en las redes sociales que las informaciones corroboradas, esto se podría traducir en un “fake new, real money”.

 

Otra de las conclusiones del estudio reside en que la mayor difusión de estos titulares carentes de veracidad no recae en usuarios sino en lo que se denominan bots sociales, usuarios fantasmas o perfiles falsos que se encargan de detectar, crear y difundir miles de noticias falsas llegando incluso a lo que denominamos “medios de comunicación consolidados”.

 

Así, las fakes news marcaron el último proceso electoral estadounidense, y cobraron una relevancia mundial, llegando a generar una gran confusión en los ciudadanos de la primera potencia mundial. Otro ejemplo de fake news es la difusión de información no contrastada ni denunciada ante las autoridades competentes, sobre secuestros de niños en múltiples puntos de la geografía española.

 

Como resultado de la proliferación de este tipo de noticias, las grandes empresas tecnológicas como Google, Facebook y Twitter han invertido millones de euros en campañas, programas y algoritmos que permiten reducir este tipo de noticias, que no hacen más que incrementarse, sin embargo, ¿cómo puede colaborar el usuario medio de Internet a su identificación?

 

Lo primero, sería estudiar el titular de la noticia, ver si hace uso de mayúsculas, exclamaciones, si la información está incompleta, etc.

 

En segundo lugar, la fuente y la url de la que proviene la noticia es un aspecto fundamental, ya que en ocasiones mediante el uso de urls falsas imitan a ciertos medios de comunicación consolidados, induciendo a error en los usuarios.

 

Una cuestión que puede parecer baladí pero que en realidad no lo es, es ver cómo está escrita la noticia, si tiene coherencia, si existen faltas de ortografía, si contiene imágenes manipuladas, si se hacen referencias cronológicas, pero sin concretar o si por ejemplo, se afirman cuestiones sin citar fuentes fiables.

 

Si a pesar de estos consejos el usuario aún se tienen dudas respecto a la autenticidad de la noticia, lo mejor es consultar otras noticias similares, y si no existen, seguramente nos encontremos ante una fake new.

 

De igual modo, es necesario advertir que no solo no hay que fiarse de lo que se lee, sino de lo que se ve, ya que ahora este tipo de “verdad ilusoria” se está extendiendo al ámbito de los video montajes realizados con inteligencia artificial, es por todo ello que, es necesario se conciencie en el uso de los sistemas de la sociedad de la información.

 

Marina Medela

Legal Department

Áudea Seguridad de la Información

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